1. Calienta bien los músculos. Nunca comiences un ejercicio con tu peso máximo. Las primeras series deben ser ligeras y cómodas para que tus músculos y articulaciones se preparen, así como para que mentalmente te adaptes al movimiento. Después de este corto periodo puedes atacar al músculo sin riesgo de lesión.

2. Cambia el tipo de agarre, ya que la incidencia sobre el músculo no es la misma, y para trabajarlo en su totalidad debemos variar. También es fundamental cambiar las rutinas. En la mayoría de gimnasios disponemos de infinidad de aparatos para poder realizar diferentes ejercicios y evitar que el músculo se acostumbre a una rutina repetida hasta la saciedad.

 

3. Evitar alargar demasiado los tiempos de espera entre las series. Es importante que el músculo se mantenga caliente y a tope de sus posibilidades. Nunca debes sobrepasar el minuto de descanso entre cada serie.

 

4. Vigila tu ejercicio. Para conseguir hacerlo todo de forma correcta es importante que entrenemos frente a un espejo. En la mayoría de los gimnasios existen infinidad de espejos por todas las paredes, así que debemos procurar orientarnos bien para controlarnos en todo momento.

5. Modifica tu ritmo de entrenamiento. Realizar las rutinas de forma más lenta nos ayudará a aguantar más y trabajar los músculos por un periodo largo de tiempo. Lo ideal es mezclar repeticiones más lentas con otras más rápidas.

6. Recuerda que incidir más en los músculos más débiles es fundamental para fortalecerlos y conseguir un mayor equilibrio corporal, a la vez que eliminamos nuestras carencias.

7. Aísla al máximo el grupo muscular que vas a trabajar. No debemos mezclar diferentes tipos de entrenamiento en una misma sesión;  hay actividades complementarias unas de otras en las que no rendiremos al máximo y no obtendremos los mejores resultados por haber trabajado alguna parte que no correspondía en ese momento.

8. Estírate.  Al terminar las rutinas de entrenamiento siempre debemos estirar rigurosamente la parte que hemos trabajado. Esto ayudar a eliminar las tensiones de los músculos. Los estiramientos son el comienzo de la recuperación, y como tal es una parte importante.

9. Si levantas pesas, utiliza ejercicios compuestos. Para ganar fuerza y volumen general lo mejor son los ejercicios de aislamiento; éstos permiten usar poco peso y sólo afectan a un músculo o una zona del músculo, mientras que los compuestos permiten usar grandes pesos afectando fuertemente a los grupos interesados y proporcionando un estímulo de crecimiento general a todo el cuerpo.

10. No fumes. El tabaco contamina tu cuerpo y está relacionado con el cáncer de pulmón y otras enfermedades coronarias. También afecta negativamente el apetito y destruye la vitamina C, además de mermar la capacidad respiratoria y de recuperación pulmonar. Si quieres progresar muscularmente, evita el tabaco.

 

No olvides combinar tu entrenamiento físico en el gimnasio y algunas actividades al aire libre; es importante que obtengas cada día una buena dosis de oxígeno puro y para eso nada mejor que un corto paseo relajado al aire libre.